domingo, 11 de agosto de 2013

Institution of love

Nadie nos enseñó a amar pero la culpa es nuestra si dejamos que la felicidad se nos corra entre los dedos cuando hemos adquirido la capacidad de ver que lo necesitamos.


Apegarse a algo nunca fue una prioridad en mi vida, antes lo ví como una ofensa a mi propio himno pero resulta que cuando se ha vivido por algún tiempo entre vaguedad, en un medio en el que nada estático rige las decisiones, en donde no se está en posición para pedir amor por ser inalcanzablemente egoista, aparece el humano con el que llevo la batalla dia a día a redefinir el rumbo. 

Cuando se ha pasado algún tiempo solo complaciéndose a sí mismo, la vida se vuelve vacía, sobra el tiempo, y las energías que deberían estar destinadas a ser regaladas, malusadas en pro de la ambición propia, destilan un sabor amargo. 
En etapas ulteriores, si uno no se percata con antelación, puede caer en la desalmada costumbre de usar a la gente para los fines propios y se deja de ver por la integridad de los mismos, se despersonaliza a ese humano. Sin embargo no es algo inhumano, es de hecho humanísimo. Pero como he dicho en otras publicaciones, el humano tiene una fila de ataque doble y no puede darse el lujo de separarse de sus compañeros. 
                                                              La doble línea de ataque.
El humano además de tener que luchar con el medio que lo rodea, como cualquier otro animal,  tiene que luchar con esta parte bestial que lucha contra el ambiente o se autodestina a quedarse solo y los humanitos no pueden vivir solos. 

Por eso el humano debe aprender a defenderse de si mismo en balance con no dejar de ver por si mismo y por sus ideales: tarea dificil. Y creo, en terminos generales, que el tener que pelear con nuestra propia ambicion como no ocurre en otros animales, radica en que precisamente solo el humano es capa de ver más allá de la accion en el presente; tenemos capacidad de ver el futuro de la víctima y las concecuencias de nuestros actos.

Y no se me ocurre mejor manera de lograr el balance que pertenecer a una comunidad en la que se guarde honor por el bien comunitario; una unidad en la que se vea por la integridad de los que pertenecen a ella a veces teniendo que dejar de lado los intereses propios, porque señores, esta vida como lo dice Chris Martin además de infinidad de personajes en todas las partes del mundo, de todas las épocas: 'in the end there's only love'.  
Uno tiene que cuidarse de la misma naturaleza para no sentirse solo. Uno tiene que honrar algo porque en esta vida se trata de amarnos. Una comunidad porque solo asi se siente pertenencia, se siente que hay alguien más parado en la misma tierra y que el universo por un momento ha dejado de posar sus ojos en nosotros :una institución de amor.


Muchas veces escuché decirsi quieres que él/ella ponga ojo en ti tienes que ser cariñoso/a’ y en realidad no sé si estas personas lo decían con el trasfondo entero que plantearé o si solo fue producto de la imitación o si el argumento en el que lo sustentan es algo tan superficial de tal manera que violan el motivo primario por el que debe aprenderse a dar amor.
Y es que he aprendido que los humanos no podemos estar cerca de algo/alguien que no nos proporciona algo; y claro que a simple vista o quizás visto el comportamiento en alguien fuera de nosotros se pensaría que es un acto cruel pero una vez que se ponen las circunstancias en nuestra propia piel, cuando uno piensa que a uno tampoco le gusta estar en un medio en el que no se ofrece nada para la degustación, es entonces cuando se puede ver la naturaleza de este comportamiento: uno desea estar donde siente amor.
Palabras, la manera más simple, contacto físico como término medio y acciones que permitan la evolución del amado como máxima exposición, son las formas en las que uno puede amar.

Uno tiene que aprender a dar además de usar lo que los demás ofrecen.

Es magnificente la manera en la que un acto de solidaridad, un beso, un abrazo pueden hacerte volver al juego después de haber estado rodeada por un pantano lleno de cerdos. Cerdos porque dejaron de ser humanos, cerdos porque son brutos, porque de su propia mierda hacen castillos.


Nadie nos enseñó a amar pero la culpa es nuestra si dejamos que la felicidad se nos corra entre los dedos cuando hemos adquirido la capacidad de verlo.